Capítulo 43

Después de tanto tiempo sin publicar nada, ya tenéis el capítulo 43, siento mucho haberos hecho esperar tanto tiempo :S
Disfrutad ;)

Un desagradable crujido, como de huevos rotos, me despierta. Abro los ojos lo suficiente como para ver que es lo que lo ha producido. A unos metros de mi, hay lo que parece una pelota gris partida por la mitad. Me doy cuenta de lo que es cuando miles de avispas salen de dentro de él y una nube dorada lo cubre todo. Un infernal zumbido inunda mis oídos, casi impidiéndome oír los gritos de los demás. Sin poder evitarlo, me entra el pánico y me levanto como un rayo para salir corriendo. Ni se me pasa por la cabeza coger nada, ni siquiera me giro a ver que hacen los otros, yo solo corro lo más rápido que puedo hacia adelante y muevo los brazos sobre mi cabeza para alejar a los insectos.

-¡Al lago! ¡Al lago!-Oigo gritar a Cato entre los zumbidos.

¿El lago? ¿Eso dónde está? Yo no me había parado a pensar hacia donde iba. Intento averiguar donde estoy. Solo veo árboles y piedras, el bosque me sigue pareciendo igual. Veo a alguien que corre a mi izquierda, creo que es Clove, y es lo que me salva. La sigo, pero en el segundo en el que he dudado hacia donde ir, les ha dado tiempo a los insectos a alcanzarme. Llega la primera picadura. El dolor empieza en mi hombro y se extiende rápidamente al resto del cuerpo. Me tiemblan las piernas, pero sigo avanzando. Esto no pueden ser avispas normales, tienen que ser mutos del capitolio, un bicho normal no hace este daño. Otras picaduras siguen a la primera, en la espalda, en el torso, debajo de la oreja...Si no llego pronto al agua, corro el riesgo de morir por el veneno. Me duele la cabeza horrores, es como si estuvieran pegándome martillazos y estoy muy mareado. No me doy cuenta de que he llegado al lago hasta que el agua me llega hasta las rodillas

Me sumerjo y el perpetuo zumbido de antes desaparece. El dolor disminuye y estoy algo menos confuso. Pienso en Katniss. ¿Tiraría ella el nido? Creo que sí...deseo con todas mis fuerzas que haya logrado huir. Salgo del agua y veo a tres figuras un poco más allá, pero no distingo bien quienes son porque lo estoy empezando a ver todo borroso. Voy hacia ellos.

-¿Qué era eso?-Oigo gritar a Marvel cuando estoy saliendo del lago. Su voz me llega de manera extraña, lejana, y rebota dentro de mi cabeza como el eco.

-Creo que rastrevíspulas, las que se usaban contra los rebeldes.-Responde Cato.

Con ellos está Clove, todavía sumergida, y por lo que puedo ver los demás tienen tantas picaduras como yo. Cato tiene una especialmente horrible debajo de un ojo que gotea un asqueroso líquido verde. Miro mis picaduras. Se están hinchando hasta límites insospechados y también rezuman de ese pestilente líquido que hace que me den arcadas. Huele a podrido.

-¿Dónde están Glimmer y Kaitylin?-Pregunta Clove mirando a su alrededor.

-¿Están muertas?-Dice Marvel.

¿Lo están? Creo que no ha sonado el cañonazo ¿O sí? Si no me doliese tanto la cabeza...

-¿Regresamos a buscarlas?-Voz de Clove.

-Será lo mejor.-Opina Cato.

Nos ponemos en marcha, yo voy delante. Oímos un cañonazo y el aerodeslizador no tarda en llegar. Deseo que no sea Katniss a quien vienen a recoger. No es ella. Me cuesta reconocer a la persona que se llevan con pinzas y sé que es Kaitylin por su cabello color miel, que es lo único que conserva tal y como yo lo recuerdo. El resto de su cuerpo está mutilado, hinchado hasta tres más de lo normal y con líquido verde goteando por todo su cuerpo.

Nos damos más prisa. Oímos el segundo cañonazo pero esta vez no vemos ningún aerodeslizador. ¿Qué está pasando? Llego el primero al lugar donde estábamos instalados y al principio creo que mi cerebro me está regalando una alucinación. Me parece ver a Katniss arrodillada junto al cuerpo deformado de Glimmer.

Corro urgentemente hacia ella y sé que no me estoy imaginando nada. Ella parece muy confusa e intenta encajar una flecha en el arco, pero no lo consigue y se queda parada, mirándome con los ojos muy abiertos.

Me sitúo a su lado y mi desesperación da fuerzas a mi voz.

-¿Por qué sigues aquí?-Siseo. Ella me mira sin comprender y no se mueve.-¿Te has vuelto loca?-La empujo y la levanto del suelo, esperando que desaparezca antes de que lleguen los demás.-¡Corre! ¡Corre!-Sigo empujándola en dirección contraria al lago.

Detrás de mi oigo el susurro de unos arbustos y veo a Cato aparecer. Miro a Katniss una última vez y me alegra ver que por fin me ha echo caso y se aleja a trompicones. Intento correr yo también, pero mis piernas se han convertido en madera y se niegan a moverse tan rápido como quiero. Cato tarde unos instantes en darse cuanta de lo que pasa, pero cuando lo hace, corre hacia mí, su cara deformada por la ira y por la picadura de rastrevíspula.

Tropiezo con una rama y caigo al suelo. Veo que Cato levanta su espada y yo la veo triple. La descarga sobre mi pierna y la hoja afilada me hace un enorme corte en el muslo. Mi propia sangre me salpica la cara y el cuerpo. Esta no es roja, es multicolor y brilla tanto que me hace daño a los ojos. No sé que me duele más, si la herida de la pierna que duele como una quemadura o las picaduras de rastrvíspulas que se sienten como descargas eléctricas. No sé muy bien como, consigo continuar arrastrándome ayudándome de los brazos, hacia adelante, mi deseo de sobrevivir lo único claro dentro en mi cerebro. Entonces llega un pensamiento incoherente a mi cabeza, no puedo morir porque todavía no he oído reír a Katniss. Me desmayo antes de poder pensar en nada más.