Capítulo 35

Ya está chicos, está vez no me he retrasado ;) Que os guste mucho:


Pensaba que en cuanto me tumbase, me iba a quedar dormido enseguida, pero ahora que me he despejado, no puedo dejar de pensar. Miles de imágenes pasan por mi cabeza, escenas de Katniss muriendo que pueden estar pasando ahora mismo. Tal vez los profesionales no sean su mayor problema pero ¿Y si está a punto de morir deshidratada? ¿Y si la está atacando algún muto?

Tengo miedo de que en cualquier momento suene el cañonazo y de ver su cara en el cielo por la noche, tanto miedo por ella que ni siquiera me muevo, estoy paralizado, a pesar de que sé que no tiene sentido preocuparse de esta manera, ella es fuerte y sabe sobrevivir en el bosque.

También recuerdo lo que pasó anoche, no soy capaz de olvidar a esa chica a la que maté. Ni siquiera sabía su nombre. Aún me parece sentir su sangre, espesa y caliente, sobre mis manos, aunque estén ya limpias de tantas veces que me las froté con agua. Mis ropas todavía están manchadas y la sangre reseca se junta con barro, tierra y sudor. Me siento insoportablemente sucio. Un rayo de sol se cuela entre las ramas del árbol y me golpea en los ojos. Me parece que hace calor, demasiado. Estoy sofocado.

No aguanto más. Me levanto, sabiendo que voy a ser incapaz de dormir y me voy derecho al lago, que no queda muy lejos. El agua está algo sucia, pero no me importa. Me quito las botas y los calcetines para que no se mojen. También me despojo de mi chaqueta y me quedo en camiseta interior. Entro en el lago por la orilla y mis pies se hunden en el barro espeso. El agua está fría, es justo lo que necesitaba.

Se me pasa por la cabeza que estoy desprotegido, soy completamente visible y una presa fácil en estos momentos. Aún así, no creo que nadie me ataque. Tengo mi cuchillo, todavía prendido del cinturón. Sé que tal vez no servirá de mucho contra alguien más grande que yo, pero los profesionales están demasiado cerca y nadie se puede acercar a mi sin yo le vea y de la alarma. Por eso no me preocupo

Sigo adentrándome en el lago pero no me alejo demasiado de la orilla, no sé nadar. Cuando el agua me llega por la cintura, me sumerjo entero. Es una sensación extraña, nunca antes me había bañado en ningún sitio que no fuese la pequeña bañera de casa. Aguanto la respiración todo lo que puedo, no quiero salir nunca. Debajo del agua no se oye nada y al sumergirme parece que todos mis problemas se hayan quedado en la superficie. Pienso que ahogarse no debe de ser una forma tan mala de morir. Me atrevo a abrir los ojos y nadando en el agua turbia puedo ver algunos pececillos incoloros que se desplazan en grupo. Nunca había visto un pez vivo, solo los que están muertos en la pescadería. Me gusta cómo nadan, deprisa, sin perder tiempo, como si tuviesen algún lugar al que ir. Muevo mi mano hacia ellos y se asustan, salen huyendo todos a una, en el mismo sentido y sin que se separe el grupo. Me hacen gracia, es como si se comunicasen por telepatía para decidir hacia donde deben moverse.

Mis pulmones arden y no aguantan más, así que saco la cabeza del agua respirando todo el aire que puedo de golpe y me siento renacer. Me pregunto si habrá más criaturas marinas en el lago y es mi temor a que me ataque un pulpo gigante lo que finalmente me hace salir del agua.

Vuelvo a ponerme los calcetines y los zapatos, pero la chaqueta me la ato a la cintura porque todavía hace calor. Voy a ponerme al sol para secarme un poco cuando oigo unas voces y unos ruidos secos cerca de mi, entre los árboles. Agarro mi cuchillo y me acerco intentando no hacer mucho ruido, creo que sin conseguirlo, ser silencioso no es de mis mejores cualidades.

Llego al sitio de donde proceden las voces y me tranquiliza algo ver que son Cato y Clove los que están entre los árboles. Los ruidos que oía proceden de Cato pegando con su espada a un pobre árbol, está practicando movimientos letales y a este paso va a acabar talando el tronco. Clove también practica, está arrojando su arsenal de cuchillos y clavándolos en la madera, imagino que justo donde ella quería.

Los dos se ríen, parece que disfrutan de verdad. En un momento dado, Cato se gira y mira a Clove con una mirada tierna que nunca esperaría ver en él, es la primera vez que muestra algo de sentimiento y me sorprende mucho, es raro. Clove se gira hacia Cato, pero no puedo ver su rostro porque ella está de espaldas a mi. Es igual, con la mirada de Cato me sirve para saber lo que hay entre esos dos, reconozco bien esas cosas, creo que yo siempre miro así a Katniss aunque lo intento disimular.

Clove se acerca a Cato y él la rodea con sus brazos. No quiero violar su intimidad, así que me voy de allí y regreso al campamento. Además, seguro que si me ven el blanco voy a pasar a ser yo.Me siento en una roca al sol a pensar. El baño me ha sentado bien y ya no estoy tan agobiado como antes pero haber visto a Cato y a Clove así me plantea nuevos problemas.

No nos conviene que haya otro romance en la arena, sobre todo si Katniss y yo estamos separados, probablemente hayamos perdido patrocinadores. Me planteo alejarme de los profesionales y buscar a Katniss por mi cuenta, pero lo descarto en seguida. No llegaría muy lejos y además ella está más segura si yo mantengo lejos a los profesionales de ella.

Además, el romance de Cato y Clove es menos sentimental que el nuestro. Aparte de por al mirada de Cato, parece que lo suyo es solo una aventura pasajera que se acabará en cuanto quedemos menos. Seguro que les ha unido su placer por matar o simplemente sepan que pueden morir pronto y quieren aprovechar el poco tiempo que les queda.

Aunque bueno, en realidad ¿qué más me da? A mí solo me importa Katniss y protegerla a ella, lo que hagan los demás no me interesa siempre y cuando ella esté a salvo.