Capítulo 39

Listo tributos :)
¿Sabéis? En este capítulo no pasa mucho, pero en el capítulo de mañana, el 40, será cuando Peeta y los profesionales encuentren a Katniss...tendréis que esperar otro poca más ;)
Disfrutad:

Me despierto ya bien entrada la tarde. Solo Marvel y Clove están durmiendo, los demás deben de haberse despertado ya. Me levanto y voy hacia la pirámide de las provisiones.

-¿Cómo va todo?-Le pregunto a Andrew que está sentado cerca dibujando algo en el suelo con un palo.

-Bastante bien.-Contesta él.-Creo que he colocado bien las minas, si una explota no se producirá una reacción en cadena. Mira.

Me señala el esquema que ha echo en el suelo y me siento a su lado para poder verlo mejor. Ha dibujado un triángulo que debe ser la pirámide y alrededor de él círculos dispersos rodeados con una circunferencia. Me imagino que esos puntos son las minas y que la circunferencia debe ser el alcance de la explosión, aunque no entiendo mucho de esto.

-¿Y eso es bueno?-Digo señalando el dibujo de Andrew.

-Oh sí, muy bueno ¿Ves como ninguna de las circunferencias se cruza? Eso significa que no habrá problemas a no ser que alguien explote todas las minas al mismo tiempo.

-¿Es eso posible?

-No, no creo.-Contesta Andrew dubitativo.-Sería muy difícil que alguien lo consiguiera, al menos, sin volar en pedazos.

Asiento con la cabeza y nos quedamos los dos en silencio durante un rato.

-¿Qué tal tu pierna?-Pregunto yo al fin.

-Bien, gracias. Ya casi no me duele.-Andrew me mira con sus brillantes ojos verdes y puedo ver en ellos algo más que no se atreve a decir delante de las cámaras. Puedo ver en ellos un profundo agradecimiento, él me está intentando decir “tú me ayudaste, tú me salvaste, ahora te debo algo”.

Bajo la vista evitando mirarle. Deberle algo a alguien es muy peligroso en la arena, hacer amigos es peor que hacer enemigos. Yo no quería ganarme su simpatía, sólo puede ganar una persona y esa debe ser Katniss. Tal vez no debería haber salvado a Andrew, a lo mejor habría sido mejor no intervenir y dejar que Cato se ocupase de él. No, yo no soy así, no soy un asesino, ya nunca más, yo soy panadero, a ratos pintor, y los juegos no van a cambiar eso.

-¿Por qué estás con los profesionales?-La voz de Andrew me saca de mis pensamientos.

-¿Qué?-Pregunto confuso.

-Ya sabes, tú no eres como ellos. ¿Por qué estás aquí entonces?

¿Debo contarle la verdad a Andrew? ¿Y qué más da? Si se lo cuento ahora incluso tal vez gane algunos patrocinadores. Sé que me puedo fiar de él y que no se lo contará a los profesionales, no sé por qué, pero algo me lo dice.

-Es por ella.-Contesto al fin.-Para protegerla.

-¿A la chica de tu distrito?

-Sí. Lo único que puedo hacer por ella es mantener alejados a los profesionales.

-¿Sabes que salvarla significa tu muerte?

-Sí, lo sé, y no me importa. Su vida vale un millón de veces más que la mía. Ella es lo único que tengo en el mundo y si la pierdo, muero de todas formas.

Andrew no hace más preguntas y yo paro de hablar. De repente, me acuerdo de mi canica naranja por primera vez desde que llegué a la arena. Me llevo la mano al bolsillo y me tranquilizo al notarla ahí, redonda y pequeña, pero no la saco.

Algo más tarde llegan los demás que estaban comprobando las trampas y se despiertan los que quedan. Comemos algo rápido, unas cuantas tiras de cecina y algo de embutidos y salimos a cazar tributos, como todas las noches. Andrew se queda en el campamento, no porque necesitemos que alguien vigile, si no porque todavía está algo débil por el veneno.

Hoy sí procuramos coger una antorcha, que se encarga de llevar Glimmer. No hay ninguna cara en el cielo y justo cuando salimos me invade un mal presentimiento, hoy habrá alguna muerte. Espero que no sea la de Katniss.