Capítulo 33

Listo ;) Siento no haber puesto ningún capítulo ayer, pero es que estoy muy liada y no me da tiempo :S

Aprovecho aquí para pediros a todos mis lectores que por favor, no plagiéis, porque está muy feo y no solo os hacéis daño a vosotros mismos engañándoos, sino que también hacéis daño a la persona a la que robáis no solo sus escritos, sino también su personalidad. Espero que me hagáis caso :)

Ahora sí, disfrutad con el capítulo.

Seguimos andando y buscando víctimas. Les he hecho seguir una pista falsa que según les he dicho, pertenecía a Katniss, la que, por supuesto, no nos conduce a ella. No encontramos a nadie más. Para cuando regresamos al campamento deben de ser las diez de la mañana más o menos y estoy agotado de haberme pasado toda la noche andando por el traicionero suelo del bosque con el tobillo torcido, que aunque está mejor, aún me duele. Además, llevo sin dormir dos días, hoy y la noche que pasé en el tejado. Es increíble que tan solo llevemos un día en los juegos, el tiempo pasado en la arena ya se me ha antoja una eternidad. Me pregunto cómo será cuando lleve una semana, dos. Si es que sigo vivo para entonces, porque los juegos no suelen durar mucho más.

Pienso en Haymitch. Él no debió de pasar tampoco más de dos semanas en la arena, pero ese tiempo fue suficiente para destrozarle la vida por completo. Él tuvo que tener sueños, esperanzas, ilusiones antes de ir a los juegos. Ellos destruyeron todo, siempre lo hacen.

Nos sentamos todos alrededor de la hoguera que ha debido de estar ardiendo toda la noche pero que ahora nos son más que ascuas. Me ofrezco a cocinar algunas ardillas que ha cazado Clove con las trampas. En las provisiones que tenemos de la Cornucopia también hay este tipo de jaulas en las que pones un cebo y se cierran automáticamente cuando la presa entra, así te ahorras hacer los complicados nudos. Cómo si los profesionales no tuviesen demasiada comida de por sí, encima también tienen estos artefactos que permiten cazar fácilmente.

Me dejan cocinar las ardillas porque a nadie más le apetece hacerlo. A mí no me importa, la verdad es que cocinar me recuerda a casa y sé cómo hacer para que me queden crujientes y sabrosas. Cojo una sartén y echo sobre esta un poco de aceite de oliva que tenemos en un recipiente. Pongo la sartén sobre las ascuas del fuego que aún está suficiente calientes y me dispongo a freírlas. Ya están despellejadas, me imagino que por Clove, pero lo ha hecho con muy poco cuidado, se ha llevado muchos trozos de carne con la piel. No puedo evitar pensar en las ardillas que compraba mi padre. Estas siempre estaban limpiadas con mucho cuidado, muchas es probable que por Katniss.

Sólo tenemos tres ardillas y somos seis, así que tenemos que compartirlas, pero no hay problema por el resto de comida que podemos gastar sin miedo. Acabo de cocinarlas y las reparto entre los demás, que empiezan a devorarlas con gusto.

-¡Vaya! Parece ser que al final vas a servir para algo.-Exclama Kaitylin al darle un mordisco a su porción y parece sorprendida de verdad.

La sonrío y yo también como. Es cierto que está buena. Debe ser el aceite de oliva, en casa ni siquiera tenemos de eso, cocinamos con mantequilla que compramos al criador de cabras, la hace él mismo.

Glimmer me pasa un trozo de queso y se lo acepto encantado. Este queso si que sabe igual que el que teníamos en el 12, solíamos hacer deliciosas tartas con él, aunque yo solo probase las que se quedaban rancias.

Intento prestar atención a la conversación que mantienen los demás. Como es natural, está hablando Cato, siempre es él el centro de atención. Creo que está contando lo natural que ha sido para él usar la espada desde pequeño y lo que le divierte matar a gente, a pesar de que nunca había practicado más que con muñecos hasta que empezaron los juegos. Los demás se limitan a escucharle con una sonrisa y Marvel le mira embobado. Dejo de escuchar en seguida, no me interesa para nada saber que Cato practicó una vez con un tal Brutus y que estuvo a punto de vencerle, además, tengo mucho sueño.

Me alegro un montón cuando por fin nos levantamos para irnos a dormir. Kaitylin se queda vigilando en el primer turno. No sé si tendré que vigilar, pero al menos no soy el primero. Como no tenemos sacos para todos, me toca coger un par de mantas y extenderlas en el suelo para tumbarme encima. Uso una mochila como almohada. En realidad, no estoy tan incómodo ya que estoy tumbado sobre un lecho de hierba que reduce la dureza del suelo. La verdad es que estoy tan cansado que podría dormir hasta sobre una cama de pinchos. Mi último pensamiento antes de quedare dormido, es para Katniss, para desear que esté bien y que no esté teniendo ningún problema. Tal vez sea un error, pero no se me ocurre pensar que los profesionales puedan matarme mientras duermo.