Capítulo 54

En fin, que os guste mucho :)

Se hace de noche y no hay ninguna cara en el cielo. Ahora la lluvia cae tan intensamente que no entiendo como Katniss no se ha despertado con la orquesta de truenos que tenemos encima. Llevo todo el rato recolocando el plástico y haciendo todo lo posible para refugiarnos del agua, pero no ha servido de mucho. Decido despertar a Katniss porque ya ha dormido demasiado, y además me aburro estando aquí tumbado sin hacer nada. Sacudo su hombro con suavidad y ella abre los ojos perezosamente.

-Tengo hambre-Murmura al despertarse.

-Yo también, tengo el estómago vacío.-El ruido que hacen mis tripas lo confirma.

-Creo que queda algo en la mochila.

-Voy a buscarla.-Me ofrezco.

No hay mucho. Algo de granso, unas raíces de color marrón tierra y un puñado de fruta seca. Le muestro las provisiones a Katniss y pregunto:

-¿Deberíamos racionarlo?

-No, mejor nos lo terminamos todo.-Decide.

Es lo que hacemos. Dividimos todo con lo que me toca un muslo de granso; varias de las raíces que tienen un sabor curioso, como dulce y unos trozos de pera y manzana desecadas.

-Mañana iremos de caza.-Dictamina Katniss.

Asiento con la cabeza y no digo nada porque no quiero contradecirla, pero como siga lloviendo así veo poco probable que podamos siquiera salir de la cueva.

-Sigo teniendo hambre.-Me quejo.-Me pregunto que tendríamos que hacer para que Haymitch nos enviase un poco de pan.

Los dos miramos hacia la porción de cielo que nos deja ver la abertura de la cueva esperando un paracaídas plateado que no llega. Suspiro con resignación a la vez que mi estómago gruñe de nuevo. No me explico como pude aguantar tanto tiempo sin comer.

-Bueno, seguro que Haymitch gastó muchos recursos para ayudarme a dejarte fuera de combate.-Apunta Katniss con un deje de burla. A mi no me parece gracioso, lo pasé muy mal por ella. Cojo su mano, para asegurarme de que sigue siendo real y digo:

-Sí, en cuanto a eso, no se te ocurra volver a hacerlo.

-¿O qué?-Pregunta ella juguetona.

-O..., o...-No se qué decir, así que cierro la boca indignado.

-No se te ocurre nada porque sabes que hice lo correcto.

-¡No! ¡No es así, Katniss!-Grito.-No mueras por mi, no me haces ningún favor ¿vale?

Tengo que hacérselo saber, que me prometa que no se va a volver a arriesgar por mi.

-Quizá no lo hice también por mi, Peeta.-Responde ella con angustia.-¿Se te ha ocurrido pensarlo? Quizá no eres el único que..., que se preocupa por.. qué pasaría si...

Su voz se corta en un gemido y tiene que parar de hablar. Agacha la cabeza sin mirarme a la cara. En el fondo, entiendo lo que me intenta decir, porque yo siento lo mismo, pero aún así, siento la necesidad de que ella siga hablando, de oírle decir sus sentimientos en voz alta.

-¿Qué pasaría si qué, Katniss?-Insisto.

Ella niega con la cabeza y no contesta. Me acerco a ella, lentamente. Levanta la cabeza y yo la beso, intentando poner en este roce todo lo que siento con ella y lo mucho que he anhelado su compañía durante todos estos años. Es extraño, pero cuando nos besamos, siento algo nuevo. La pierna me deja de doler, el hambre cesa y me olvido de donde estamos. Cuando nos besamos, me siento inmortal.

Algo me distrae, la venda de Katniss vuelve a estar manchada de sangre.

-Creo que tu herida vuelve a sangrar.-Digo una vez me he separado de ella.-Venga, túmbate, es hora de dormir.

-Vale, pero ahora yo hago la primera guardia.

Me parece bien, porque no me había dado cuenta del sueño que tengo hasta ahora. Nos acurrucamos los dos dentro del saco, para protegernos bien del frío. Abrazo a Katniss de forma protectora y me quedo dormido en seguida, arrullado por el sonido de la lluvia.