Capítulo 12

Tributos, siento mucho el retraso pero ya tenéis recién escrito el capítulo de hoy :)

Justo después del desfile entramos en el Centro de Entrenamiento, un edificio altísimo con paneles de cristal. Como somos del distrito 12, nuestra planta es la más alta y tenemos que subir en un ascensor con paredes transparentes que permiten ver el suelo según te alejas. Nunca había subido en ningún artefacto que fuese tan rápido, exceptuando el tren claro, pero el ascensor para tan de repente que se me revuelven las tripas y me siento mareado al llegar a nuestra planta.

Mientras nos conduce hasta nuestras habitaciones, Effie no para de hablar sobre patrocinadores y dice incoherencias sobre carbón y perlas entre los cuáles no veo ninguna relación. Tampoco es que la esté escuchando muy atentamente, ya he aprendido a desconectar cuando habla esta mujer.

Por fin llegamos a mi habitación y lo único que me apetece en este momento es tumbarme en la enorme cama que hay allí, taparme la cabeza con la almohada para desconectar y fingir que aún estoy en casa. Pero no lo hago porque tengo que arreglarme para la cena. Tenía pensado darme una ducha rápida pero en esta hay más de cien botones y me parece tan raro que la curiosidad me puede. ¿Para que necesitará alguien tantas cosas aquí? Para mi una ducha tan solo significa agua y jabón, nada más. Intento descubrir el funcionamiento de cada botón aunque paro cuando me rocío encima agua de colonia con olor a rosas. Me pongo una ropa sencilla y es entonces cuando me fijo en la enorme ventana que hay justo en frente de mi cama. Desde aquí se ve todo el Capitolio, que es aún más precioso de ahora que de día, con infinidad de luces de colores que resplandecen en la noche. Lo único que falta son las estrellas ya que el cielo está completamente vacío a excepción de la luna. Me doy cuenta de que los habitantes del Capitolio se esfuerzan por darle luminosidad a la noche pero se pierden lo más bonito que esta puede ofrecer. La mayoría de la gente que vive aquí es probable que jamás hayan visto las estrellas y no puedo evitar sentir pena por ellos, al menos algo que nunca nos falta en casa es oscuridad. Me quedo mirando por la ventana, perdido en mis pensamientos hasta que viene Cinna para decirme que es hora de cenar. Entra en la habitación y me ve sentado junto a la ventana.

-Desde aquí no sé ve nada.- Me dice.- La ciudad es mucho más bonita desde el tejado, ve te lo enseñaré.

Así que subimos al tejado y tenía razón en lo de las vistas aunque no me permite disfrutar demasiado de estas porque tenemos que ir a cenar.

Me siento al lado de Portia en la mesa y esperamos a que lleguen los demás. Nos ofrecen vino pero lo rechazo inmediatamente, no quiero ser como Haymich. Cuando estamos todos, nos traen la comida, pero no tengo apetito. Aún así, me obligo a mi mismo a comer lo que tengo en el plato, que es lo que han traído unos sirvientes vestidos de blanco. De postre tenemos una elaborada tarta de chocolate a la que Cinna prende fuego y esta arde hasta que se consume todo el alcohol. Cuando una de las chicas de blanco se acerca para cortarla en porciones, Katniss exclama al verla:

-¡Oh! ¡Yo te conozco!

La chica se aleja corriendo negando con la cabeza y Katniss se muerde los labios como si se sintiera culpable de algo. Effie empieza a decir que es imposible que la conozca porque la chica es una avox y los avox son traidores al Capitolio. Sin embargo, yo noto que Katniss si que sabe quién es ella, ya que cuando la ha visto se ha puesto blanca como el papel y ahora se está poniendo roja mientras intenta inventar una excusa.

-Delly Cartwright- Suelto yo para ayudarla. Es el primer nombre que se me viene a la cabeza y en cuanto me acuerdo de ella una punzada de dolor y de nostalgia me atraviesa el corazón pero no dejo que me afecte- A mi también me resultaba familiar, es clavada a Delly- Es una mentira muy gorda porque excepto en el pelo rojizo no se parecen en nada pero Katniss parece mucho más aliviada.

-Claro, eso era- Dice mientras me lanza una mirada llena de gratitud.

Todos se relajan y la cena prosigue su curso. Después vemos la repetición del desfile de hoy y finalmente volvemos a nuestro cuarto. Katniss y yo salimos juntos y cuando estamos solos le digo:

-Conque Delly Cartwright. Qué casualidad encontrarnos aquí con su gemela.-Intuyo que hay una historia detrás de esa chica y quiero saberla. Pero ella no parece convencida. Mira al suelo incómoda y está claro que está decidiendo si contármela o no. Levanta la vista y escruta el pasillo dubitativa.

-¿Has estado ya en el tejado? Podemos subir si te apetece-Digo. Recuerdo que allí hacía bastante ruido por el viento que soplaba fuerte y allí nadie nos oirá hablar.

-Está bien, vamos-Asiente ella, así que ambos subimos hasta allí.