En Llamas: Capítulo 2

Ya tenéis el segundo capítulo de En Llamas. Siento el retraso, disfrutadlo :)

(Y no os olvidéis de participar en el concurso)

Al llegar a la Aldea de los Vencedores, hay un detalle que me llama la atención. Aparcado delante de la casa de Katniss, hay un elegante y lustroso coche negro que tiene que ser del equipo de preparación. Inquieto, me levanto la manga del abrigo y miro el reloj. No lo entiendo, los estilistas no tendrían que llegar hasta dentro de un par de horas. Me imagino que Katniss necesita más tiempo para arreglarse que yo; tal vez por eso su equipo ya está aquí y en estos momentos deben de estar arreglándola.

Por eso me extraño cuando, al pasar a la casa de Haymitch (tapándome la nariz con la bufanda para protegerme del nauseabundo olor), la voz de Katniss me llega alta y clara por el pasillo.

-...habérselo pedido a Peeta.-Es lo que consigo entender.

Considero la opción de darme la vuelta y volver luego, mis breves encuentros con Katniss han sido muy incómodos en los últimos meses; además, todavía no tengo claro lo que siento por ella: el enfado inicial que sentí al darme cuenta de que todo fue un engaño ha desaparecido, lo que no significa que ya no me sienta dolido. Sin embargo, sé que si existe alguna posibilidad de que hagamos las paces, quiero permanecer a su lado, aunque tan solo sea un amigo para ella.

La curiosidad me hace entrar en la cocina, lugar de donde provienen las voces. Me encuentro con una escena curiosa: Katniss me da la espalda y sostiene un cuchillo en la mano; Haymitch está sentado a la mesa, completamente empapado y con el pelo negro pegado a la frente. Cuando me ve, me mira con ojos vidriosos.

-¿Pedirme el qué?-Pregunto desde el umbral y Katniss se da la vuelta sorprendida. Abre la boca como si fuera a decir algo, pero se queda muda y la vuelve a cerrar.

Me acerco a la mesa y dejo la barra de pan sobre la mesa.

-Te pedí que me despertaras sin darme una neumonía.-Gruñe Haymitch al tiempo que se quita la camisa y la escurre. Katniss suelta un suspiro de exasperación y retira la cafetera del fuego. Recojo el cuchillo y lo limpio antes de cortar el pan. Todavía está caliente por dentro y el olor del pan se mezcla con el del café.

-¿Quieres un poco?-Le ofrezco el pan a Katniss pero ella lo rechaza y se dedica a mirarse los pies.

Después de intercambiar un par de frases vacías, ella se despide y salta por la ventana con una agilidad que recuerda a la de los gatos.

Me derrumbo en la silla y mordisqueo una rebanada de pan. Haymitch ignora la comida y bebe café mezclado con licor.

-No deberías haberle pedido que te despertara, sabes que no iba a andarse con tonterías.-Digo aludiendo al todavía mojado pelo de Haymitch.

-Grrr, tampoco pensaba que me iba a tirar un barreño de agua encima en pleno invier...¡Achís!

Haymitch estornuda copiosamente y sacude toda la mesa con el impulso. Se sorbe los mocos y se limpia la nariz con el dorso de la mano.

-Deberías darte un baño antes de que lleguen las cámaras.-Digo.-Que sepas que yo no te voy a ayudar, ya lo hice una vez y no fue una experiencia agradable.

Recuerdo ese día. Fue el mismo en el que mi nombre salió elegido en la cosecha y me seleccionaron para ir a los juegos. Estaba aterrado.

-Ya. Respecto a eso, ¿por qué lo hiciste?-Haymitch da un sorbo y al dejar la taza vierte líquido sobre la mesa.

-¿Lo del baño? No sé, simplemente no quería que Katniss cargara con ello Además, dabas pena.

Espero que él lo desmienta, pero en vez de eso me mira de reojo.

-¿En serio? ¿Seguro que no lo hiciste para ganarte los favores del patrocinador?

Suelto una carcajada y arqueo las cejas.

-¿Acaso funcionó?-Pregunto.

-No, si ese era tu plan, desperdiciaste el tiempo.

Sonrío y cojo otra rebanada de pan. Nos quedamos en silencio un momento hasta que Haymitch se levanta de la silla y tira la taza vacía al fregadero.

-Peeta, cuando lleguen las cámaras, tenéis que seguir actuando ¿Lo sabes, verdad?

Asiento con la cabeza. Puede que a ninguno nos parezca bien, pero tengo muy claro lo que debemos hacer.

-Bien. Confío en ti para que evites que Katniss meta la pata.

Vuelvo a asentir, eso también lo sabía. Dado que sus sentimientos eran falsos, todo el peso del romance ha recaído siempre sobre mi.

-Dime otra cosa, ¿todavía la quieres?

La pregunta me deja paralizado y me tomo un momento para pensar en la respuesta.

-Creo...creo que si.-Contesto.

-Bien, eso nos facilitará las cosas.

Haymitch parece complacido y desaparece por las escaleras. Recojo mi abrigo y el resto de mis cosas y salgo de la casa, incapaz de aguantar el apestoso olor un segundo más.

Al salir a la calle, el viento frío que revuelve el pelo y me despeja las ideas. Pienso en la pregunta que me ha echo antes Haymitch. ¿Todavía quiero a Katniss? He estados estos meses convenciéndome de que no puede ser, de que todo sería más fácil si me olvidaba de ella. Pero ya no puedo continuar engañándome. Me enamoré de Katniss, lo estoy ahora y lo estaré siempre; quiera o no.