En Llamas: Capítulo 3

Hola tributos :) Siento mucho haberme retrasado tantísimo con este capítulo, pero es que estos días he estado sin internet... Por cierto, esta noche pondré los participantes en el concurso de cabeceras y ya podréis votar ^^

Vuelvo despacio a la panadería, a empezado a nevar con más intensidad y las calles ya se están tiñendo de blanco. Siempre me ha gustado la nieve, hace que todo sea más bonito y en cierta manera, más puro. Al llegar, veo como el escaparate ya está decorado con varias tartas y pasteles. Entro y un rico olor dulce me recibe. Esquivo a un par de clientes (mi hermano ya les está atendiendo) y paso a la cocina.

-Siento el retraso.-Digo a mi padre que está introduciendo masa en el horno.-Es que he ido a ver a Haymitch y me he entretenido.

Él se toma su tiempo para contestar, hasta que no consigue colocar las barras en la bandeja y se limpia el sudor de la frente no da muestras de haberme oído. Mientras, me da tiempo a quitarme el abrigo y la bufanda y dejarlos en la silla.

-¿Cómo está?- Pregunta mi padre cuando ha terminado.

-¿Haymitch? Como siempre supongo.-Respondo encogiéndome de hombros.-No creo que tenga remedio.

-No.-Mi padre hunde los hombros con un suspiro. Parece cansado y le veo más arrugas que nunca alrededor de los ojos. Se me queda mirando fijamente con preocupación, no sé que le estará pasando por la cabeza.

-Papá, ¿Estás bien?

Él me pone una mano sobre el hombro y se acerca a mi.

-Hijo, recuerda siempre que tu familia te quiere y se preocupa por ti.

Que me diga esto me deja un poco trastocado, no me lo esperaba. No sé a qué viene, pero sus palabras me hacen pensar. La verdad es que en nuestra familia nunca ha estado muy unida; mi padre es demasiado callado, mi madre demasiado brusca y mis hermanos demasiado distantes. Por supuesto que les quiero, pero muchas veces he pensado que era simplemente por obligación.

-Va...vale, lo tendré en cuenta.-Respondo.

-Bien.-Mi padre sonríe y me da una palmada en la espalda. Parece más relajado. Después se levanta y sigue con el trabajo.

Yo también me pongo de pie y distraído, empiezo a decorar unas galletas. Mientras; pienso en el cambio que ha dado mi familia, sobre todo mi madre, estos últimos meses. El día que regresé de la arena, ella fue la primera en acercarse a mi para darme un fuerte abrazo. Entonces pensé que se alegraba de que yo hubiera ganado por el dinero que iba a recibir. Ahora pienso que tal vez haber visto como su hijo casi muere desangrado varias veces la haya ablandado. En cualquier caso, mi madre es ahora mucho más simpática que antes.

Mi hermano Liam vuelve a la cocina después de que se hayan marchado los clientes y me da un amistoso puñetazo en el hombro al pasar, al que yo respondo poniéndole la zancadilla. Él se ríe animado.

-Vaya, me había olvidado de que ya no conviene meterse con el pequeño Peeta.

Yo sonrío y respondo:

-Te lo advierto, ahora sé cómo manejar un cuchillo.

Liam vuelve a reírse y se pone a remover la masa. En esto han cambiado mis hermanos, ahora nos tratamos mejor, como si fuésemos amigos en vez pelearnos constántemente. A veces nos cuesta y sonamos muy forzados, pero agradezco el cambio. Además, no lo mencionan, pero creo que también me tienen algo de miedo.

Al rato, oigo como suena la puerta al abrirse y voy al mostrador a recibir al cliente. Me sorprende ver que es Delly, mi amiga, que entra como un torbellino con el cabello pelirrojo alborotado y las mejillas sonrosadas por el frío.

-Delly, ¿Qué haces aquí?

-¡Peeta! Tú equipo ya está aquí, te están esperando ¿Es qué no sabes que hora es?-Ella parece divertida y creo que está reprimiendo una sonrisa.

Miro mi reloj y veo que tiene razón, se me ha pasado el tiempo volando.

-Oh, se me había olvidado.

-¡Vamos!

Apenas tengo tiempo de coger el abrigo antes de que Delly me arrastre fuera de la tienda y al salir a la calle, resbalo con la acera y estoy a punto de caerme. Delly se ríe y me sujeta del brazo antes de que me de tiempo a caerme otra vez.

-¿Por qué no estás en el colegio?-La pregunto mientras caminamos.

-Nos han dejado salir pronto por lo de la gira de la Victoria. Iba a tu casa y es cuando he visto a toda esa gente del Capitolio. Son todos muy raros, me he asustado, no esperaba encontrármelos en tu cocina.-Suelta una carcajada y yo me río con ella.

Agradezco tener a Delly como amiga, en estos últimos meses es la única que consigue hacer que me sienta bien y que me olvide de los problemas. Ella es la única que sigue tratándome igual que antes, y estando a su lado casi siento como si los juegos nunca hubieran pasado.

Por fin llegamos a casa y Delly se despide de mi con una gran sonrisa. Ya no nos vamos a ver hasta después de la Gira, así que nos abrazamos antes de que se marche.

-Que se te haga leve.-Me desea cuando nos separamos.

-Ójala.

Ella sabe lo poco que me apetece la Gira, por todo el general. No quiero recordar los juegos, no quiero que Katniss y yo tengamos que volver a fingir, no quiero ver a las familias de los tributos muertos. No quiero, pero aún así lo tengo que hacer.