En Llamas: Capítulo 7

¡Hola! En primer lugar, siento mucho mucho haber tardado tanto en subir capítulo, pero es que con esto de haber empezado las clases, estoy muy cansada por las noches y no me apetece ponerme a escribir xD En segundo lugar: ¡201 seguidores! ¡Guau! Cuando abrí este blog no me imaginaba que iba a llegar a tantos (me emocioné cuando llegué a los 5), así que muchísimas gracias a todos :D Y en tercer lugar, mañana mismo voy a empezar una nueva sección en el blog donde recomendaré libros (ya que a mi me gusta mucho leer y quiero compartir con vosotros mis libros favoritos que no sean LJDH) Ya está todo, disfrutad del capítulo :)

Salgo a fuera y me sorprende el clima cálido y el brillante sol que hace en este distrito. Aquí parece que es otoño, a lo lejos veo un pequeño bosque con árboles que conservan las hojas de color anaranjado. Busco a Katniss con la mirada y la encuentro cerca del tren, sentada en el suelo y con la cabeza bajada. Me acerco a ella y al oírme llegar me suelta:

-No estoy de humor para un sermón.-Mantiene la vista fija en el suelo y arranca con furia unas briznas de hierba.

-Tranquila, seré breve.-Me siento a su lado y ella levanta la cabeza sorprendida. Me mira con sus ojos grises, como las nubes que presagian tormenta.

-Creía que eras Haymitch.-Se disculpa.

-No, sigue trabajando en esa magdalena.-Coloco la pierna metálica para que esté recta y luego no me cueste levantarme.-Mal día, ¿eh?

-No es nada.

-Mira, Katniss.-Me paro un segundo, dubitativo. Tengo preparadas las palabras que debo decir, ahora me doy cuenta de que desde hace mucho tiempo; pero se me quedan atrapadas en la garganta. Al final, me resigno con un suspiro y lo suelto todo de golpe sin pararme a pensar.-Quería pedirte disculpas, por mi comportamiento en el tren. Es decir, en el anterior, el que nos llevó a casa. Sabía que tenías algo con Gale, ya estaba celoso de él antes de conocerte oficialmente, así que no fue justo pedirte cuentas por lo que pasó en los juegos. Lo siento.

-Yo también lo siento.-Susurra ella al cabo de un rato.

-No tienes nada que sentir. Entonces...¿amigos?

-Vale.-Katniss sonríe débilmente.

-Bueno ¿Qué te pasa?-Como no contesta, hago otra pregunta.-Vale, empecemos por algo más básico ¿Cuál es tu color favorito?

-Verde.-Contesta sin pensar.-¿Y el tuyo?

-Naranja.

-¿Naranja? ¿Cómo el pelo de Effie?

Recuerdo la extravagante peluca fosforita. No, ese color no me gusta.

-Un poco más apagado. Más como...una puesta de sol.

Es un color cálido; el color del fuego que calienta cuando hace frío. Es un color agradable que me hace pensar en casa y me recuerda todas las tardes de invierno pasadas en la panadería tostando pan en el horno de leña.

¿Sabes qué?-Pregunta Katniss de repente-Todos hablan maravillas de tus cuadros. Me da pena no haberlos visto.

Bueno, tengo un vagón lleno.-Sonrío.-Vamos.

Me levanto con dificultad y tiendo una mano a Katniss para ayudarla. Sus dedos están fríos, pero reconforta tenerla de nuevo a mi lado. Es como si me hubieran quitado un gran peso de encima. Entramos en el tren y me alegra entrar de nuevo en calor. No me había dado cuenta, pero me afuera me he quedado helado. Después de que Katniss se disculpe ante Effie, entramos en mi compartimento. Hasta ahora que me fijo, no me había dado cuenta de lo abarrotado que está de mis cuadros, apenas hay sitio para pasar hasta la cama. Miro a Katniss de reojo para ver su reacción. Ella tiene los ojos muy abiertos y los labios ligeramente apretados. Me doy cuenta entonces de que casi todos los cuadros son imágenes suyas en los juegos y me empiezo a preocupar, seguro que le parece raro. Espero a que me critique o me diga que ya no podemos seguir siendo amigos, pero en vez de eso se queda callada mirando unos de los lienzos, el del muto de Glimmer.

-¿Qué te parece?-Me atrevo a preguntar.

-Los odio.-Me suelta.

Tiene sentido, debería haberle preguntado antes si podía pintarla en mis cuadros. El remordimiento me corroe hasta que me doy cuenta de que Katniss no me está reprochando nada. Tiene otra cosa pintada en la cara: miedo.

-No hago más que intentar olvidar la arena y tu la has devuelto a la vida. ¿Cómo recuerdas tan bien los detalles?

-Los veo todas las noches.-Respondo. Y no solo los veo por las noches, también cada vez que cierro los ojos.

-Yo también. ¿Te ayuda pintarlo?

Me lo pienso un momento. Pintar me ayuda a dejar de pensar y me tranquiliza. No tengo claro por qué he pintado los juegos, imagino que es porque cada vez que me ponía frente al lienzo eran las únicas imágenes que me venían a la cabeza.

-No lo sé.-Contesto finalmente.-Creo que me quita un poco el miedo de dormir por las noches.-¿Así que los odias?

-Sí, pero son extraordinarios.-Admite Katniss tratando de no ofenderme. Ahora que lo pienso, es lógico que los odie. Creo que yo también lo hago un poco. Me prometo que algún día pintaré algo feliz y esperanzador, que le guste a Katniss.-¿Quieres ver mi talento? Cinna ha hecho un gran trabajo con él.

-Después.-Prometo entre risas.-Venga, vamos a echar un vistazo.

Vamos al último vagón, cubierto por una enorme cristalera que permite observar mejor el paisaje. El Distrito 11 es enorme, con verdes campos salpicados de manchas blancas que intuyo que serán ovejas o vacas. Entonces aparece la valla. Una enorme construcción de al menos diez metros de alto con alambre de espino en el borde que pone los pelos de punta.

-Esto sí que es nuevo.-Comento.

Pronto aparecen los cultivos, campos de cereal dorado que relucen a la luz del sol. También se ven girasoles, muchísimos girasoles con flores de color amarillo brillante que miran hacia nosotros como si quisieran vernos pasar. El Distrito 11 es un lugar bonito. Me habría quedado mirando por la ventana todo el día, pero Effie nos manda ir a vestirnos. Me ponen rápidamente unos pantalones marrones y una camisa amarilla girasol y salimos al exterior.