Capítulo 2

Ya está completado el segundo capítulo, espero que os guste mucho :)

El reloj da las dos y la cosecha comienza. El alcalde comienza a leer la historia de Panem, la rebelión del distrito 13 que quedó destruido por el capitolio y la creación de los juegos como castigo y como una forma de evitar otra rebelión. También lee la lista de ganadores del distrito 12, que solo son dos y tan solo uno sigue vivo, Haymich Abernathy, que justo entonces hace su aparición en el escenario, tambaleándose y murmurando algo inteligible. Está borracho, y mucho. No puedo evitar sentir pena por él, está claro que utiliza el alcohol para olvidarse de su experiencia en los juegos, o al menos para intentar aplacar el dolor que le producen los recuerdos.

Pienso entonces lo horrible que tiene que ser vivir así, con el miedo pegado a la piel todos y cada uno de los días de existencia. Pienso también que tal vez hubiera sido mejor para Haymich morir en los juegos, así no tendría que sufrir tanto dolor. Yo creo que preferiría la muerte. Enseguida aparto esos pensamientos de mi mente, no vale la pena darle tantas vueltas a las cosas.

Mientras tanto, Effie Trinket ya se ha acercado a la urna de las chicas, y con las palabras “¡las damas primero!, mete la mano hasta el fondo y saca un trocito de papel. No puedo evitar aguantar la respiración mientras pienso que no sea ella, que no sea ella, que no sea la chica de la que estoy enamorado desde siempre.

Effie vuelve al podio, alisa el trozo de papel y lee el nombre en voz alta; y no es ella. Es su hermana pequeña, de doce años. Como cada vez que sale alguien tan pequeño, la multitud guarda un silencio absoluto y yo me siento como si alguien me hubiese pegado un puñetazo en el estómago. Y si yo me siento así, no puedo evitar imaginarme como se está sintiendo ella al ver a su hermana elegida para participar el los juegos. Veo como la pequeña niña se acerca lentamente al podio, con pasitos muy pequeños. Entonces se oye una voz que sale del grupo en el que están las chicas, “¡Prim!, ¡Prim!” grita. La gente se aparta para dejarla pasar y al llegar hasta su hermana la hace a un lado y dice “¡Me presento voluntaria! ¡Voluntaria como tributo!”

No puede ser pienso, esto no puede estar pasando. Si antes me sentía mal ahora apenas puedo contener las lágrimas. No puede ser, ella no puede ir al los juegos, ella no, cualquiera menos ella. Mientras estos pensamientos pasan por mi cabeza, ella ya ha subido al podio y Effie Trinket le pregunta su nombre. “Katniss Everdeen” pienso yo antes de que ella conteste. Como si alguna vez pudiera olvidarme de como se llama. Después de esto la mujer del capitolio pide un aplauso. Por supuesto, nadie dice nada y perdura el silencio. Si Katniss tiene en todos el mismo efecto que tiene sobre mi, nadie se sentirá con ganas de aplaudir.

Entonces ocurre algo inesperado, veo a gente de la multitud que de llevan los tres dedos de la mano al los labios y los levantan. Me uno al saludo y veo que otros también los hacen, hasta que prácticamente todos los habitantes del distrito 12 tienen la mano levantada y la apuntan hacia ella, hacia Katniss. Este es un gesto de dar gracias, de admiración y de despedida a un ser querido. ¿tengo que despedirme de ella yo también? Me niego a aceptarlo. Haymich se acerca a ella, la alaba alegando que tiene coraje y después repite señalando a la cámara “¡Tiene más que vosotros!”. Si esas palabras iban dirigidas al Capitolio se ha metido en problemas. Acto después se desmaya y pierde la conciencia.

Effie Trinket se acerca a la urna de los chicos, con la clara intención de sacar al tributo masculino. Entonces me asalta un pensamiento “Tengo que presentarme voluntario, para protegerla, no puedo permitir que ella muera”. Pero esto no es necesario, el nombre que lee Effie del papel que acaba de coger es el mío, Peeta Mellark”.